El caballero de la armadura
oxidada
Es
un libro de superación personal escrito por Robert Fisher
La
historia cuenta la vida de un gran Caballero que rescataba damiselas, luchaba
contra dragones y siempre estaba ayudando a la gente, el siempre llevaba una
armadura para cada batalla que tenía que enfrentar, eran tanta su gratitud que
llego el momento en que ya no se quitaba su armadura ni para dormir lo que esto
le fue provocando problemas con su esposa y su hijo Cristóbal ya que ellos más
que nada su esposa se quejaba mucho de que ya no pasaba tiempo con su hijo por
siempre tener una batalla que resolver y ella también se sentía muy sola.
Un
día el llego a su casa y su esposa le puso un ultimátum y le dijo que si no se
quitaba la armadura y les dedicaba más
tiempo no volvería a dormir con ella y no los volvería a ver nunca, esto en el
caballero creo mucha tristeza ya que él se dio cuenta que era real y que incluso
su hijo se había olvidado de la cara de su padre y a consecuencia el caballero salió
corriendo en busca de ayuda para poder quitarse la armadura ya que cuando él lo
intento no pudo quitarla era tanto el tiempo que había estado con ella que su
cuerpo se había adaptado a esta; fue en busca del herrero para que le ayudara
pero no pudo hacer nada por él y entonces decidió abandonar su casa para ir en
busca de una mejor ayuda entonces fue a despedirse del rey pero el rey no
estaba y una persona que estaba afuera del castillo le dijo que el mago merlín
lo podría ayudar con su problema , él se fue dudando de que en realidad esto
pudiera ser cierto pero aun así se adentró al bosque por un buen rato buscando
al mago merlín y no lo encontró hasta que decidió descansar un rato ya que había
buscado mucho tiempo cuando de repente el mago Merlín apareció frente a él con
sus amigos lo animales y ellos lo ayudaron a alimentarse . después pasaron los días
y se encontró con una ardilla que lo impresiono con los consejos tan sabios que
le dio y a una paloma muy inteligente mensajera de Merlín la cual le mando una
carta a su hijo Cristóbal preguntándole si conocía realmente como era su padre
y así como llego regreso pues el mismo niño no supo que contestar ya que en
realidad no conocía a su padre ni físicamente ya no lo recordaba, cuando el
caballero vio la respuesta de su hijo se soltó a llorar de tristeza y se dio
cuenta que tendría que cambiar y a como diera lugar quitarse esa armadura Al despertar Merlín le dijo al
caballero que se tenía que ir naturalmente no podía volver a casa ya que
Julieta y Cristóbal no lo querían con la armadura puesta. Se dio cuenta en ese
mismo momento de que ya no recordaba las sensaciones del exterior por que se
había acostumbrado a llevar la armadura puesta. Entendió que debía
quitarse la armadura por sí mismo. Merlín le explico que podía seguir dos
caminos, uno como el que había seguido hasta ahora, u otro más complicado con
el cual conseguiría quitarse la armadura. Este camino era el sendero de la
verdad. Debía seguir sin su espada y sin su caballo únicamente con la compañía
de la ardilla y la paloma; le explico que su camino hacia el final de la
empinada cima de la montaña encontraría tres castillos; el de la soledad, del
conocimiento y el de la osadía. Se puso en marcha y a la mañana siguiente
comprobó que se le había caído una parte de la visera, la ardilla le explico
que las lágrimas que derramo por su hijo había oxidado la armadura; el dolor
que sintió fue tan profundo que la armadura no pudo protegerlo. Esto le dio
fuerzas y continúo su camino. Después de caminar un tiempo se encontró con el
primer castillo, allí impresionado vio al rey y este le explico que la única
salida debía sacarla de su interior. El rey se marchó y el caballero estando
allí en una soledad tan profunda se dio cuenta de la soledad que había sentido
su mujer durante mucho tiempo, comenzó a llorar y a preguntarse una y otra vez
porque cada vez eran más pequeñas la habitaciones una voz respondió a su
pregunta y se identificó con su “yo verdadero”. Para no hacerse líos quedaron
en que a partir de entonces le llamaría “Sam”. Poco a poco se le fueron
cerrando los ojos y cuando despertó se encontró fuera, al otro lado del
castillo. Entusiasmado vio que le faltaba yelmo debido a que volvió a llorar
dentro del castillo; la armadura se oxido ya que el tiempo pasaba muy deprisa aunque
el apenas de daba cuenta. Después se dirigió al segundo castillo, en este si
podía entrar con sus compañeras de viaje. El castillo estaba a oscuras y a
medida que iba descifrando las inscripciones había más claridad, poco a poco el
caballero se daba cuenta de todo el tiempo que había perdido encerrado en esa
armadura y que había necesitado más a las personas de lo que las había amado.
Allí vio su verdadera imagen en un espejo, comprendió que él era bueno,
generoso y que no tenía que demostrárselo a nadie. Sam le ayudo a comprender
que la ambición es positiva si es pura de corazón cuando con ella no se tiene
que probar nada ni superar a nadie, sino cuando se puede ayudar a los demás. Y
sus lágrimas de nuevo consiguieron oxidar la parte de la armadura que cubría
sus brazos y sus piernas. Ya por fin llegaron a l último castillo. Al intentar
atravesar el puente se toparon con un gran dragón que desprendía grandes
llamaradas. El caballero no sabía qué hacer sin su espada, intento llamar una y
otra vez Merlín, pero este no acudió a su llamada. El dragón encontró su defensa
como el dragón de la duda entonces la ardilla que comento a el caballero que la
única forma de conseguir derrotar al dragón era con el conocimiento y demostrándole
que realmente no creía en él, después de haber escuchado a la ardilla y de
reflexionar el caballero decidió trata de vencer al dragón y se armó de fuerzas
y lucho con el hasta que se fue haciendo cada vez más chiquito hasta que desapareció.
Al final el caballero llegó poco a poco a la cima de la montaña pero
se encontró con algo que bloqueaba el camino. Aunque estaba cansado,
intentó descifrarla y llegó a la conclusión de lo que quería hacer era soltarse
y dejarse llevar por lo desconocido, como no estaba muy convencido, Sam le dio
las palabras de apoyo necesarias para arriesgarse y haciendo caso a su propio
yo se tiró al vacío, pero en lugar de caer hacia abajo iba; De repente, cayó
sobre la cima de la montaña y comprendió la inscripción; en la caída había
soltado todo aquello que había tenido y pensado y no lo podía ser feliz. Sus
lágrimas de alegría terminaron de oxidar la parte de la armadura que le quedaba
puesta sobre su cuerpo. Se dio cuenta que una nueva luz había en su interior y
afloraba hacia el exterior, una luz mucho más brillante que la que daba su
pesada armadura, por ello el caballero comprendió ese espacio desconocido y
consiguió formar parte de él.
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